miércoles, 10 de noviembre de 2010


Inmenso, lejano como el amor deseado, como el mundo propio, lejos del real de la imaginación cuartada, por mi propia naturaleza y la sofocación de los instintos. Alejado, alejado, alejado, valido en la sombra y el recuerdo de la primera vez que lo vi y con ello lo implicito de la novedad y el asombro, ahora disminuido. Inmenso, lejano. Basto, como el amor de la vida, como el propio mundo de mis ilusiones y los labios lisos,dulces, tibios a besar en horas, segundos, en años inmesos eternos, como el fondo de sus ojos. Inmenso como la soledad que me acompaña, así, solo así recuerdo al mar de la inmensidad azul del primer día que lo mire incredulo.

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